Soñé que me habían implantado en el cerebro un microchip que controlaba mis acciones. Mientras siguiera las instrucciones del microchip eventualmente me daban comida y me dejaban dormir. Sin embargo, tenía que cumplir ciertas funciones, llevar a cabo ciertas acciones, decir palabras específicas a personas en específico. Pero todo era como una obra teatral. Como una existencia irreal.
Me daba cuenta que la mayoría de las personas a mi alrededor también eran controlados. La mayoría decían lo que alguien les obligaba a decir a través del microchip y realizaban los trabajos que les eran asignados sin cuestionar.
Pero, de vez en cuando, veía gente que no tenían el microchip.
Entonces, una de las ordenes que me daba el microchip era matar a alguien. El microchip me aseguraba que no era un delito. Que todo estaba calculado y que era «una lección»
Ante la situación empecé a luchar por el control de mi cuerpo, puesto que el microchip casi casi guiaba mis acciones automáticamente. El microchip decía por la derecha, y yo intentaba moverme hacia la izquierda. Otras personas con microchip entonces me hablaban y me decían que era mejor obedecer. Que no había problema con matar a alguien si era una decisión del microchip.
Pero igual yo me resistía. Y me di cuenta que no sería posible resistirme por siempre. Así que pensé, el microchip tiene que estar en mi cabeza. SI me doy duro contra la pared, tal vez pueda dañar el microchip.
Empecé a correr lo mas duro posible y me fui cabeza adelante contra la pared. Me corría un chorro de sangre. Y vinieron unos tipos a llevarme a un hospital. Pero no intentaban salvarme o socorrerme. Solo querían ver que el microchip funcionara bien, que no se hubiese dañado.
Tuve éxito en engañarlos para que me soltaran. Y fui y me abalancé sobre la pared pero buscando darme el cantazo en un lugar distinto de la chola. A ver si dañaba el microchip.
Al final estaba caminando, o sea estaba moviendo mi cuerpo com si estuviese caminando. Pero mis ojos solo veían la grama de cerca. Como si estuviese acostado boca abajo. Veía mi sangre bajar lentamente por las hojas de grama y perderse en la tierra.